Mi padre era mi padre... eso parece una verdad incontestable, obvia, evidente... al menos durante el tiempo que ha sido su vida. Pero al morir, ha dejado un hueco, un vacío... en un espacio que yo no sabía que ocupaba. Mi padre era mi padre, pero lo era porque había querido serlo. Lo había decidido de una forma irrevocable, no había duda en ello y precisamente por ello yo jamás había pensado que podría ser de otro modo. Hasta hoy. Hoy que ya no está. Hoy que querría decirle todo aquello que no le dije. Y no se lo dije porque mi padre hizo tan bien su trabajo como padre, que entre él y yo no había demasiado que hablar... Mi padre únicamente me hacía las preguntas esenciales: cómo estás? cómo está mi nieta? estáis bien? cuando era él quien no estaba bien... quien ya no lo estaría nunca...
Sé que estaba orgulloso de mí, de una forma que yo jamás seré capaz de sentirme orgulloso de mí mismo... tal vez porque cuando somos padres sabemos que si de algo estaremos orgullosos ya no será de nosotros mismos, sino de nuestros hijos...
Quién era mi padre? creo que no lo sé.. y ese tal vez sea mi fracaso como hijo y su éxito como padre...
O tal vez, cuando yo esté orgulloso de mi hija, de mis hijos... podré pensar que mi padre, su orgullo... estaba justificado.. y es posible que algún día ellos también se pregunten: quien era mi padre?
Sé que estaba orgulloso de mí, de una forma que yo jamás seré capaz de sentirme orgulloso de mí mismo... tal vez porque cuando somos padres sabemos que si de algo estaremos orgullosos ya no será de nosotros mismos, sino de nuestros hijos...
Quién era mi padre? creo que no lo sé.. y ese tal vez sea mi fracaso como hijo y su éxito como padre...
O tal vez, cuando yo esté orgulloso de mi hija, de mis hijos... podré pensar que mi padre, su orgullo... estaba justificado.. y es posible que algún día ellos también se pregunten: quien era mi padre?