martes, 29 de septiembre de 2009

Nirvana


Por fin descubrió la suprema libertad en la esclavitud total, en la sumisión más absoluta. Al no desear nada, al no tomar ninguna iniciativa, al no tener ningún pensamiento propio, nada quiere y nada hay que se le pueda negar.
Su única voluntad es la voluntad de obedecer y al obedecer encuentra la absoluta libertad de no desear. Y la total liberación de sus propios deseos, es decir, al final, la única libertad verdadera es liberarnos de nosotros mismos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

A veces queremos liberarnos de uno mismo,pero no es posible. Nos lastran cadenas,pesos antiguos y miedos a priori inexplicables.
La esclavitud es una manera seductora de liberarse . Tal vez la huida también. Moverse. Salir corriendo. Alejarse de lo que duele. O tal vez quedarse quieto, dejar que el dolor nos atraviese y se aleje.