Brillante superficie, mano que se pierde en la soledad purpura,
observo atentamente mi destino,
el tiempo no espera a que tú y yo
desnudemos de nuevo nuestros cuerpos al frío.
Los besos cargados de herrumbre se pierden sin fin,
las caricias se aplastan en nuestra piel
penetrando su esencia.
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