Del papel nació y de tu mano creció...
esa mano que dobla, arruga, sigue su memoria y sus reglas,
esa mano que un día o una noche en mi espalda dibuja un mapa, una ruta,
un camino... una caricia esbozada con un susurro ardiente,
una palabra que yo adivino y tú no has pronunciado,
que sólo conoces cuando yo la repito en mi boca cerrada, en mis labios pegados a ti,
a tu mano que ya no acaricia,
que es como un amante indolente recostado
sobre su cama de saliva, apoyada sobre un beso,
en dulce equilibrio entre la vida y la muerte,
entre el amor y el olvido.
1 comentario:
Me pones una voll damm, por favor?
Publicar un comentario