jueves, 17 de mayo de 2007

Una estrella de cartulina (Tatiana G.)

Llegó feliz, ilusionada. Con su mochila a cuestas, con la piel tibia y sonrosada de haber dormido en el autocar. Con su mirada limpia y luminosa. Su abrazo tras dos días sin vernos, me emocionó hasta las lágrimas.. Toda la tarde estuvo hablando sin parar, contándome todo lo que había hecho y disfrutado . Al cabo de un rato, cuando deshacíamos la mochila, me enseñó el más preciado tesoro conseguido esos días. Una estrella de cartulina amarilla que conseguía que soñáramos lo que deseábamos soñar. El secreto estaba en pedírselo en voz baja antes de ir a dormir, ponerla bajo la almohada; y entonces esa noche soñábamos lo que habíamos solicitado. Su hermano, tres años mayor, y que ya no cree en los Reyes, se rió de ella. Ella casi se puso a llorar, enfadada y ofendida. Aseguró que funcionaba, que era verdad....Esa noche sentada en su cama , abrazada a su peluche favorito, bajo su mosquitera naranja, tomó la estrella y acunándola con sus manitas regordetas, susurró unas palabras muy concentrada, y la guardó bajo su almohada.... Apagamos la luz tras su cuento de dragones, y se durmió feliz. Unas horas más tarde, cuando la noche insomne me atrapó fui a verla. En la penumbra, me gustó imaginar que sonreía suavemente. Que sus sueños se estaban cumpliendo. He pensado en pedírsela una noche de éstas... Volver a tener seis años y susurrar lo que quiero soñar a un trozo de papel.. Quién sabe...

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